Cuando Aramark, empresa que presta servicios de alimentación
y administración de campamentos mineros, energéticos y de hidrocarburos en
varias regiones del Perú, decidió incluir hace tres años a agricultores
locales, proveedores, pequeñas y medianas empresas a su cadena de valor a
través de su programa de desarrollo de proveedores y compras locales, la
compañía no solo tuvo la oportunidad de acercarse a sus proveedores y lograr
buenos precios de negociación. Con esta iniciativa muchos grupos de productores
lograron formalizarse, capacitarse y obtener mayor competitividad al contar con
una oferta de calidad y buenos precios para la empresa compradora.
No obstante, aún son pocas las empresas
que consideran a los proveedores como un grupo de interés prioritario a la hora
de implementar programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
“Incorporar a las pymes a la RSE es uno de los grandes retos. El 97% de las
empresas en el Perú son pymes y solo el 30% son formales. Debemos cambiar el
lenguaje pensado para las grandes empresas y trabajar con las cadenas de
valor”, dice Henri Le Bienvenu, gerente general de Perú 2021. “Hace
poco me reuní con el dueño de una imprenta que había obtenido el premio
Presidente de la República, que reconoce a las pymes formales, pero que no
había podido pagar gratificación a sus trabajadores, ya que la formalización
representó un alto costo que las grandes empresas, que son sus clientes, no
quieren pagar. Le dijeron que sus precios ya no eran competitivos como antes,
cuando no era tan formal. Esa mentalidad tiene que cambiar”, dice.
Según el estudio “Diagnóstico de la
responsabilidad social en las organizaciones peruanas”, elaborado por Desco y
Perú 2021, la comunidad, clientes/consumidores y medio ambiente son los grupos de interés mejor
atendidos; mientras que los grupos colaboradores, proveedores y gobierno no lo
son tanto.
Una
muestra de esto es que en la Expoferia Virtual de RSE 2011 (plataforma de
comunicación impulsada por Perú 2021 y en que las organizaciones pueden
presentar sus proyectos en la web durante todo el año), a la fecha 41 empresas
de diversos sectores han presentado más de 100 proyectos, y solo siete
estuvieron dirigidos a proveedores, clientes y gobierno.
“Lamentablemente la RSE no ha avanzado mucho en
el Perú, y una muestra de esto es que las empresas están dejando de lado a una
parte importante de sus grupos de interés”, dice Henri Le Bienvenu, de
Perú 2021. “Esto también se debe a que la RSE es un concepto aún muy nuevo. Las
universidades recién están empezando a tocar temas de RSE. Cómo le digo a una
empresa que tiene que ser socialmente responsable si no tiene a quién
contratar”.
Según Elsa del
Castillo, directora de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico, “las empresas
están empezando a entender que los
valores de responsabilidad social que promueven en sus misiones y en su
filosofía corporativa pueden traducirse en prácticas de gestión concretas y no
en simples actividades filantrópicas”.
¿Cambio de escenario?
Tras la llegada del nuevo gobierno, cuyo énfasis en
la inclusión social ha sido claramente expresada, queda la interrogante sobre
el papel que cumplirán las empresas para lograr este objetivo. Para Gonzalo
Coloma, presidente de la consultora Pacific, a pesar de que se ha especulado
bastante respecto a lo que pueda suceder ante el nuevo escenario político, esto
no debería ser el motivo por el que las empresas inviertan con eficacia en
proyectos sustentables de RSE.
“Uno
de los temas en los que el actual gobierno puede incidir más es en la
evaluación de los programas que las empresas ejecuten y se involucre como parte
operativa en aquellos donde la empresa se superpone al Estado”, dice Coloma.
Según Héctor L. Gutiérrez, gerente
general de la Fundación Deloitte, “independientemente del
escenario político, los programas de RSE son de importancia capital para el
desarrollo futuro del planeta”.
Hugo Sánchez Casanova, profesor del
área de Dirección General del PAD Escuela de Dirección de
la Universidad de Piura, coincide con él. “La RSE es un proceso que no
tiene posibilidad de retroceso para las empresas. No es un concepto de
moda, es el proceso que están siguiendo las empresas para encontrar su propia
esencia”, dice. “En un Perú cada vez más abierto al mundo, esto es ineludible”.
No obstante queda pendiente qué pasará
con algunos sectores, como la minería, que ha sido protagonista de los más
recientes conflictos sociales en el interior del país, lo cual representa todo
un reto tanto para el gobierno como para la empresa privada. “Hay mineras con
prácticas muy avanzadas en temas de RSE y con grandes proyectos de inversión
social que generan impactos positivos en sus zonas de influencia. Por supuesto,
también hay muchas otras que muestran poco entendimiento de la problemática
social y ambiental que se genera en los lugares donde operan”, dice Elsa del
Castillo, de la Universidad del Pacífico. “Aquí la RSE debe ser
proactiva y no reactiva. Si se espera a que haya conflicto para preocuparse por
desarrollar acciones con la comunidad, será muy difícil revertir una relación
que no nació basada en la confianza mutua”.
Para
Héctor L. Gutiérrez, de Fundación Deloitte, este es un tema que tiene que ver
con la gestión gubernamental, tanto de los gobiernos regionales como del
Gobierno Central y la relación de estos con las comunidades. “No debemos
confundir el concepto de RSE con que las empresas vayan a hacer el trabajo del
Estado ni de las comunidades. El desarrollo social sostenible es tarea de todos
los jugadores. El nuevo concepto de responsabilidad social y desarrollo
sostenible requiere que todas las partes entiendan que el desarrollo económico
social del futuro depende de que se estimule el crecimiento en educación,
salud, infraestructura, lo cual no puede ser solo tarea de las empresas”, dice.
En ese sentido, muchos coinciden en que la RSE
es una responsabilidad compartida y colectiva en la que participan empresas,
ONG y el Estado. “Esta es una oportunidad para un mejor entendimiento
entre el sector empresarial y el Estado que permita expandir el impacto de los
esfuerzos de responsabilidad social de ambos”, dice Paul Remy, de la UPC.
Henri Le
Bienvenu, de Perú 2021, concluye: “La empresa es el agente de cambio que debe
utilizar la RSE como una herramienta de gestión para lograr el desarrollo
sostenible”, dice. “Todos tienen que ser socialmente responsables. Es una tarea
compartida: la empresa da el ejemplo, pero el Estado y sociedad civil deben
hacer lo mismo”.
Tomado de: http://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/tarea-medias-lo-que-debe-hacer-peru-para-avanzar-en-rse